jueves, 24 de junio de 2021

Manejo de emociones ante la pandemia de SARS-COV 2

Ante la pandemia generada por el virus SARS-COV 2 o COVID-19, que nos ha envuelto en una dinámica de vida atípica tanto en lo laboral como en lo familiar y personal, mis sentimientos han ido cambiando a lo largo de éstos 15 meses de confinamiento.

Al inicio, tuve asombro ya que no imaginé vivir una pandemia; luego, el miedo arrebató mi tranquilidad ya que al conocer más sobre la enfermedad, pensé que podría afectar a alguien cercano o a mí. Con los días, tal vez en mi negación, el aferrarme a una esperanza de que esto no fuera real, tuve incredulidad pero al comenzar a ver y escuchar casos, la angustia regresó.

Desde la preparatoria ya tenía un comportamiento obsesivo compulsivo con la higiene de manos, que aunque fue disminuyendo la intensidad de la obsesión siempre traigo en mi bolso jabón y anti bacterial pero al estar sabedora de los protocolos de prevención, mi obsesión retornó a un nivel alto y ahora no solo era yo, sino en la casa, el auto, los artículos comprados, con mi esposo y sobre todo con mi hijo. Conseguir desinfectantes en líquido, aerosol, toallitas y dispensadores se había sumado a mi trastorno.

Así mismo, tuve angustia ya que realizar las compras, se tornó en algo completamente diferente, ahora tenía que ir sola y el ambiente me resultaba desolador, triste, como una película apocalíptica, todos aislados, sin interactuar, sin bullicio, con el temor de que alguien pudiera siquiera rosarme el brazo. Ver parques y centros de convivencia familiar abandonados, acordonados, movía una tristeza profunda en mí. Soy católica y el hecho de no poder presenciar la Eucaristía, el no hacer iglesia, fue sin duda un dolor insondable.

Y en el ámbito familiar, me dolió mucho la separación, vivimos en estados distintos pero nos reuníamos cada 15 días para convivir, compartir los alimentos, platicar de cosas personales, reír, ver películas…y de pronto, pasaron más de 6 meses para poder volver a vernos; si bien la comunicación siempre ha sido constante pero no vernos cara a cara nos dolió mucho, tuvimos que organizarnos y monitorearnos para poder volver a vernos. El encuentro fue solo un instante, sin poder abrazarnos pero alentador poder confirmar con nuestros propios ojos que estábamos bien, ver cómo los pequeños de la familia habían crecido, hubo cambios de voz, de look, de estatura, de peso, noviazgos terminados, en fin…poco en tiempo, mucho en sucesos.

¡Qué decir de lo laboral! Al inicio todo era confusión, incredulidad, desconocimiento, asombro, impotencia, desconcierto, apatía, descontento…todo ello fue manifiesto por el colectivo de mi centro educativo con frases como ¡Las aulas no pueden sustituirse!, ¡Cómo que clases virtuales!, ¡El docente jamás será igualado por una máquina!, ¡No van a aprender nada los alumnos!, ¡Es mejor que se pierda el ciclo escolar!...la realidad es que la tecnología no estaba a la par de los conocimientos de todos los docentes, nos daba miedo quedar expuestos, temíamos a la burla, daba impotencia no tener habilidades digitales que a la inmediatez se tenían que utilizar en niveles avanzados pero todo ello quedó atrás, pese a los temores, renuencias e incertidumbres, cada docente hizo lo que pudo para hacer frente a todos esos retos y ofrecer a los estudiantes el camino virtual del conocimiento. Unos solos, otros apoyados en sus familiares, algunos haciendo equipo para aprender juntos, el cometido se logró, se logró una organización de tiempos, de medios digitales, de comunicación a distancia, de unión laboral con el único fin de poder dar continuidad a los estudios de nuestros alumnos. No deseo omitir que en parte ha sido frustrante al chocar con la indiferencia de algunos padres, la apatía de cierto número de alumnos, los pocos o nulos recursos económicos de otros más ya que todo ello ha impedido un éxito total y sentir que se ha trabajado mucho obteniendo pocos resultados.

De tal manera, que poco a poco, todo aquello que era extraño fue haciéndose parte de mi cotidianidad, y hasta comencé a verle bondades, como pasar más lapsos con mi hijo y esposo, el ahorro de ciertos gastos que implica la movilidad, estar en mi hogar, aprovechar más los tiempos, encontrar un punto equilibrado de mi trastorno obsesivo compulsivo, no exponerme al sol que tanto daño me hace, vestir cómoda, fijar horarios para mis actividades de casa, del trabajo, para mí y con mi familia…

La aceptación y adaptación fue gradual y nada fácil, sobre todo al ver cómo los contagios y decesos comenzaron a acercarse más a mi círculo familiar. Fue sumamente doloroso perder amigos, familiares, hermanos en la fe y hermanos de profesión con quienes no hubo oportunidad de una despedida, solo queda el recuerdo de lo plácido de su última sonrisa, el agrado de la última charla, la chispa de sus miradas y lo cálido del último abrazo, algo que lamentablemente jamás volverá a ocurrir.

Todo esto ha sido muy vertiginoso, con cambios radicales que me han hecho buscar soluciones prontas sin tener tiempo para planear o prever resultados, caminar en la oscuridad de la incertidumbre pero que en definitiva me ha forjado una personalidad diferente. Dios nos guarde de todo mal y nos preserve en su bendición.

Pero en medio de todo esto, hay alguien a quien le ha resultado muy complicado atravesar esta pandemia, un alumno de tercer grado de la secundaria de mi centro educativo, tiene 14 años de edad, hijo único de madre soltera. Tras dos semanas de no conectarse a las actividades académicas, la mamá se comunicó conmigo para decir que no había podido realizar las actividades y que probablemente no continuaría con sus estudios ya que su hijo había intentado suicidarse. Le comenté que con intervención de trabajo social íbamos a ayudar a su hijo pero que no se diera de baja pues el mantenerse ocupado con las actividades y la interacción con sus compañeros lo animaría un poco. Como asesora, solicité a los demás docentes que tuvieran consideración con él alumno (sin exponer su situación). Efectivamente, se le canalizó a psicología del Centro de Salud donde se le brindó atención y seguimiento hasta la fecha. Con altibajos pero el alumno se ha logrado mantener estable, así como la mamá manifiesta estar más tranquila.


Por Laura García Muñoz


domingo, 13 de junio de 2021

HABILIDADES SOCIOEMOCIONALES EN MI VIDA

DIFERENCIACIÓN DE CONCEPTOS

En torno al concepto de emociones hay varios términos que si bien tienen la misma orientación, tienen sus semánticas teóricas y prácticas muy particulares, es decir, aunque tienen un enfoque homologado, no significan lo mismo. Por ello, es menester clarificarlos partiendo de las definiciones que algunos autores han establecido con base en sus estudios.


     * Inteligencia emocional

Daniel Goleman (1995), basado en los trabajos de Gardner, acuñó el término de inteligencia emocional para referirse a la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar los estados de ánimo propios y ajenos.

Para Bar-On (2010, 2006) la inteligencia socioemo­cional es un conjunto de competencias y habilidades que determinan cuán efectivamente los individuos se entienden, comprenden a otros, expresan sus emo­ciones y afrontan las demandas de la vida cotidiana.


     * Competencias emocionales

Saarni (1999, 1997) define las competencias emocionales como un conjunto articulado de capacidades y habilidades que un individuo necesita para desenvolverse en un ambiente cambiante y surgir como una persona diferenciada, mejor adaptada, eficiente y con mayor confianza en sí misma.

Por su parte, Bisquerra (2003, 2007, 2009) asegura que dichas competencias son el conjunto de conocimientos, capacidades, habi­lidades y actitudes necesarios para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales cuya finalidad es aportar un valor añadido a las funciones profesionales y pro­mover el bienestar personal y social.

     * Habilidades socioemocionales

Las emociones se encuentran presentes en todos nuestros comportamientos y son las encargadas de motivar, energizar y dirigir tanto el pensamiento como la conducta (West, 2016); pueden cambiar a lo largo de la vida, bajo la influencia de factores como la educación, las prácticas de crianza y los patrones culturales. Al determinarse como habilidades, las emociones tienen la posibilidad de educabilidad o entrenamiento.


 

 

    * Educación socioemocional

Bisquerra (2000) la define como un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con el objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se planten en la vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social.

Para autores como Steiner y Perry (1997) la educación emocional debe dirigirse al desarrollo de tres capacidades básicas: “la capacidad para comprender las emociones, la capacidad para expresarlas de una manera productiva y la capacidad para escuchar a los demás y sentir empatía respecto de sus emociones”.

LA EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL EN LA VIDA COTIDIANA

Partiendo de las definiciones anteriores, el que mantener una salud emocional estable conduce a ser una persona funcional, lo que implica mantener una armonía personal y social. Sin embargo, no es un conocimiento finito, por el contrario, implica un trabajo constante el hecho de ejercitar o adiestrar las habilidades socioemocionales en cada momento, en cada decisión, en cada situación y ante cada persona con las que se convive.

No hay un dominio absoluto de las habilidades socioemocionales como lo supondría una habilidad deportiva, mecánica, artística o cognitiva debido a que cada circunstancia tiene sus propias variables y aunque fuera alguna situación similar, podríamos no estar en iguales condiciones internamente y esto conlleva a desarrollar algunas habilidades socioemocionales más que otras.

De tal manera que el educar las habilidades socioemocionales, es tan importante como realizarse chequeos médicos constantes, con la finalidad de generar hábitos en los patrones del desenvolvimiento diario, previniendo conductas de riesgo y asegurando beneficios personales y sociales.

LA EDUCACIÓN SOCIOEMOCIONAL EN EL ÁMBITO ESCOLAR

Integrar la educación emocional en el aula favorecerá que los alumnos desarrollen su inteligencia emocional, lo que les aportará una mayor motivación que los predispondrá a actitudes más positivas, así como una mejora de las relaciones. Por ello, la Secretaría de Educación Pública ha incorporado en sus planes educativos programas de instrucción socioemocional dirigido a la comunidad estudiantil.

La Nueva Escuela Mexicana, integra en sus planes educativos el área socioemocional, y para guiar el enfoque pedagógico y su tratamiento didáctico propone cinco dimensiones con habilidades específicas con sus respectivos indicadores de logro para cada grado escolar, es decir, conductas y actitudes que niños adolescentes pueden mostrar como resultado de haber desarrollado cada actividad.

Dimensiones

socioemocionales

Habilidades que las componen

Autoconocimiento

• Atención

• Conciencia de las propias emociones

• Autoestima

• Aprecio y gratitud

• Bienestar

Autorregulación

• Metacognición

• Expresión de las emociones

• Regulación de las emociones

• Autogeneración de emociones para el bienestar

• Perseverancia

Autonomía

• Iniciativa personal

• Identificación de necesidades y búsqueda de soluciones

• Liderazgo y apertura

• Toma de decisiones y compromisos

• Autoeficacia

Empatía

• Bienestar y trato digno hacia otras personas

• Toma de perspectiva en situaciones de desacuerdo o conflicto

• Reconocimiento de prejuicios asociados a la diversidad

• Sensibilidad hacia personas y grupos que sufren exclusión o discriminación

• Cuidado de otros seres vivos y de la Naturaleza

Colaboración

• Comunicación asertiva

• Responsabilidad

• Inclusión

• Resolución de conflictos

• Interdependencia



FUENTES DE CONSULTA 

  1. https://www.planyprogramasdestudio.sep.gob.mx/descargables/EDUCACION_SOCIOEMOCIONAL.pdf
  2. http://doi.org/10.22201/codeic.16076079e.2018.v19n6.a5
  3. https://www.redalyc.org/pdf/2991/299138522006.pdf
  4. https://www.redalyc.org/pdf/410/41040202.pdf

Manejo de emociones ante la pandemia de SARS-COV 2

Ante la pandemia generada por el virus SARS-COV 2 o COVID-19, que nos ha envuelto en una dinámica de vida atípica tanto en lo laboral como e...